Durante años, viví atrapada en la creencia de que emprender era sinónimo de sacrificio.
De poner toda mi energía, mi foco, mi tiempo… en un negocio que crecía, sí, pero que también me iba vaciando.
Estaba tan metida en la rueda del hacer, que no me di cuenta de que lo que estaba construyendo me estaba alejando de mí misma.
Y entonces llegó la maternidad.
Y todo se reordenó.
Mi cerebro cambió. Mis ritmos. Mi capacidad de sostener. Y ahí entendí algo muy profundo: ya no podía, ni quería, emprender desde el mismo lugar de antes.
Porque ahora toda mi energía estaba en otra parte: en mi hija, en mi recuperación, en mi presencia.
Y ahí fue cuando tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: diseñar un modelo de negocio que no solo me diera ingresos, sino también libertad, bienestar y tiempo real para mí y para mi maternidad.
Y ese modelo lo encontré en Ringana.
Un negocio que puedo llevar desde mi autenticidad, que me permite trabajar pocas horas al día —cuando mi energía lo permite—, y que se construye desde el vínculo, la recomendación y los valores que ya forman parte de mí.
No fue una decisión impulsiva. Fue una elección consciente.
Porque ya no quería seguir dejándome la piel para levantar algo que no me sostenía de vuelta. Quería crear desde otro lugar. Más suave. Más coherente. Más yo.
Hoy te puedo decir que es posible.
Es posible emprender sin agotarte. Es posible maternar sin renunciar a tus sueños. Es posible crear ingresos reales sin estar 8 horas frente a un ordenador.
Y si tú también estás en un momento de cambio, si sientes que necesitas una nueva forma de emprender, más alineada contigo, quizás este sea el comienzo de algo nuevo.
🌿 Si después de leer esto sientes que este estilo de vida puede ser para ti,
te invito a unirte a mi grupo privado de WhatsApp, donde comparto acceso prioritario a las reuniones informativas para entrar en mi equipo de Ringana.
💻 ¿Prefieres ir a tu ritmo?
También puedes ver directamente la presentación grabada donde explico cómo funciona el modelo de negocio de Ringana.
Gracias por leerme.
Con amor y gratitud,
Nuria