17 consejos para una Navidad saludable

Ya empiezan a llegar las fechas navideñas, marcadas por las comilones, los actos sociales y familiares y el miedo para muchas personas a subir de peso y/o desviarse de la alimentación saludable.

Así que hoy quiero compartir contigo:

17 consejos para una Navidad Saludable, Energética y Nutritiva (SEN)

1. Practica el Mindful eating o nutrición consciente más que nunca.

Te dejo el enlace al artículo donde explico cómo aplicar la nutrición consciente. Y es que cuando comes de manera consciente dejas de comer hasta reventar alimentos que no son saludables y que te roban energía, salud, vitalidad y alegría. Para practicar la nutrición consciente es importantísimo respirar para llevarnos a la meditación, es decir, al acto presente y a la conexión con uno mismo.

2. Ten claro el estilo de vida que anhelas. 

Es muy común en reuniones entorno a la comida que alguien te diga frases como: “por un día no pasa nada”, “en las fiestas es normal engordar un poquito”, “ya está aquí la que sólo come verde”, “no me creo que de verdad quieras comerte esto en lugar de unos buenos canelones con bechamel” o “ya te cuidarás en enero”.  Mi consejo es que decidas por ti misma si te apetece comer menos saludable esos días, porque lo que te hará sentir mal contigo misma no será comer menos saludable de lo habitual, sino sentir que te has desviado del estilo de vida que anhelas por el «qué dirán», por agradar a los otros o por no sentirte el «bicho raro» de la familia. Si vas a comer a casa de alguien que sabes que no va a tener platos como los que a ti te gustan comer habla con la persona y dile que te llevarás tu comida. También puedes llevar algo para compartir que sepas que va a gustar. Yo cuando iba a comer a casa de mi tía me llevaba mi tupper de comida y como los postres que ella ofrecía a mi no me gustaban llevaba turrones saludables que compartía con los demás y quien los probaba ¡los devoraba! Y es mejor así, porque si comiera cualquier cosa que me pusieran sin que me gustara o sin que me sentara bien después estaría de mal humor, irritable, cansada, apática y poco sociable. En mi caso, entonces, podía hacer eso porque tengo muy claro el estilo de vida y alimentación que he elegido para mi porque mi mantra es: «Mi salud y mi felicidad son inegobiables». Pero, ¿qué es importante para ti? Coge papel y lápiz, cierra los ojos, visualiza cómo sería tu comida navideña ideal y anótalo. Después, sé fiel a ti misma porque esto te hará sentir genial. Hacer este ejercicio es una buena manera de evitar que los otros noten en ti que te estás reprimiendo de comer algo que realmente te apetece y que te «chinchen» poniéndote a prueba. Si te gusta comer algo que no es saludable mi consejo es que lo comas sin culpa, porque así no necesitarás comerlo en exceso (que es lo que provocamos cuando nos prohibimos cosas).

3. Vibra en amor y comprensión.

Si tus familiares o amigos te dicen cosas que sabes que te pueden molestar porque tú lo sientes como si criticaran o juzgaran tus decisiones alimentarias respira, no te lo tomes como algo personal, abraza su reacción y reponde con amor y comprensión. Muchas veces cuando los otros te hacen comentarios sobre lo que comes o dejas de comer detrás hay otros significados más profundos, ya sea que tienen miedo a que tu cambio les afecte a ellos o que se dan cuenta de que ellos también quieren hacer ciertos cambios y como de momento no los están haciendo su ataque en realidad es hacia ellos mismos. Así que no te tomes nunca estos comentarios como algo negativo, sino como una manifestación suya de una necesidad de cambio inconsciente. A ellos les cuesta mostrar su vulnerabilidad y ponen una capa de protección a través de la máscara de «meterse» contigo. Si tus actos con la comida no les moviera emocionalmente no te dirían nada.

3. Respeta todas las Bioindividualidades.

Se trata de ser consciente de que todos tenemos unas necesidades nutricionales, emocionales y espirituales distintas y que si las tuyas son muy diferentes al resto de tu familia no significa que haya nada malo en ti o en ellos. Respétate y respétalos a ellos. Vive y deja vivir.

4. Mantente activa.

Ayuda a poner y sacar platos de la mesa, ves a jugar con los niños y sus regalos o sal a dar una vuelta para respirar aire fresco sola y/o aprovecha para ir con alguien de tu familia o amigos con quien te apetezca tener una conversación más íntima. Te será más fácil mantenerte activa si previamente has parado de comer antes de sentirte con demasiada pesadez de estómago.

5. Sé flexible y tolerante contigo misma.

Si en algún momento has comido un trozo de turrón de los que no querías, has bebido alcohol, has hecho una mala combinación, te sientes hibchada, has tomado algún alimento poco saludable, te has enfadado o has tenido una mala reacción con alguien no te juzgues, practica la flexibilidad y sé tolerante. Observa lo ocurrido con curiosidad y simplemente toma nota de si ha habido algo que en otro momento puedes hacerlo diferente. Pero sin juicios, sin reproches y sin culpa.

6. Descansa y duerme bien.

Los estudios demuestran que la falta de sueño puede causar más hambre y aumento de peso. Estar cansado y con falta de energía hará que busques alimentos calóricos y azucarados durante el día para poder «aguantar» y te verás a ti misma comiendo más polvorones y turrones de lo normal sin saber porqué. Ves pronto a la cama y aprovecha estos días para descansar más durante la noche.

7. Desayuna bien.

A menudo las personas se saltan el desayuno en un esfuerzo por ahorrar las calorías que calculan que van a comer durante el resto del día, pero esto es mucho peor y te hará aumentar de peso. Si no desayunas lo único que conseguirás es tener una hambre tan voraz a la hora de la comida que tus dos cerebros (cabeza y estómago) no te dejarán hacer elecciones inteligentes y como te faltará energía (glucosa = azúcar y carbohidratos) terminarás comiendo mucho más de la cuenta. Si media hora antes del «evento» nos tomamos un zumo verde o una manzana con almendras, por ejemplo, saciaremos el hambre y haremos mejores elecciones, a parte de dar nutrientes muy saludables a tu organismo. «Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo» continua siendo igual de importante durante las fiestas. Un desayuno de rey ideal para estas fechas es un buen batido verde o un smoothie bowl súper completos.

8. Haz snacks saludables para controlar la ansiedad.

Cuando empiezas una comida con mucha hambre eres más propenso a comer en exceso. Comer algún tipo de verdura, fruta, frutos secos, zumo o batido verde 30 minutos antes de la comida o la cena te permitirá llegar a ella con tranquilidad y sin ansiedad, disfrutar de la gente y pasar un buen rato sin pensar en la comida. Es importante que sea unos 30 minutos antes, para darle  a tu cuerpo el tiempo que necesita para procesar lo que has comido y enviar la señal de «saciedad».

9. Bebe más agua.

Si estás deshidratada eres más propensa a comer en exceso durante todo el día. Durante los meses de frío es fácil que te deshidrates sin darte cuenta debido al aire frío, el viento y la disminución en la ingesta de líquidos respecto a los meses de calor. Además, al consumir agua ayudas a tu cuerpo a liberar toxinas y movilizar la grasa del cuerpo, tan necesario si durante estas fechas navideñas comes dulces y bebes alcohol. Si en lugar de agua prefieres tomar otra cosa puedes escoger kombucha, cerveza sin gluten y sin alcochol o un poco de vino o cava. En mi casa compramos el alcohol ecológico y te aseguro que siente mucho mejor que el convencional. ¿Sabías que si empiezas desde hoy a aumentar tu consumo de agua llegarás a las fiestas navideñas con menos sensación de hambre?

10. Haz elecciones inteligentes.

Primero debes tener en cuenta que para poder elegir de forma más inteligente es muy importante que estés bien hidratada y saciada de nutrientes. Visualízate a ti misma comiendo cuando tienes mucha hambre y cuando estás con el estómago con alguna reserva, ¿verdad que es muy distinto? Cuando llegue el momento de comer, si estás en un restaurante pide platos que estén hechos al vapor, al horno, hervidos, a la plancha o crudos en lugar de pedir platos fritos, cremosos o gratinados. Puedes optar por un plato único que te sacie o un primero ligero (ensalada o verduras a la plancha) y un segundo más consistente. Los aliños también son una trampa de calorías, grasas y azúcares escondidos, así que mejor pide que te lo traigan a parte o bien aderézate el plato con limón y aceite de oliva. Otro truco es pedir que no te pongan el pan y así no caes en otra tentación. Evita el postre y tómate una infusión con limón y jengibre, que te ayudará a calmar el antojo por el dulce y a depurar.

11. Come con moderación y ahorra calorías.

La clave para disfrutar de la comida festiva es comer con moderación. No te excedas en las cantidades. Ahorrar calorías no significa saltarse el desayuno, es evitar el picoteo nocturno y comer por gula cuando tu estómago ya está lleno. Si puedes evitar comerte el segundo polvorón estarás ahorrando muchas calorías y evitarás aumentar de peso. Cuando comes más alimentos de los que tu cuerpo necesita se almacenan como grasa. Parece una obviedad, pero es importante que dejes de comer cuando tu estómago esté un 70-80%  lleno y satisfecho. Cuando termine la comida o cena tienes que continuar con energía, limpio y ligero. Un truco si organizas la comida en casa es servirla en platos más pequeños, por ejemplo, y hacer versiones más ligeras de tus platos tradicionales.

12. Haz ejercicio por la mañana.

Hacer ejercicio a primera hora de la mañana antes de que comience el caos de la jornada y las horas maratonianas de comidas y sobremesas. Un buen truco sería desayunar un batido verde, hacer un poco de ejercicio y 30 minutos antes de la comida tomarte un zumo verde o un snack saludable. De esta manera, cuando llegue el caos tu ya tendrás tu dosis de ejercicio y los nutrientes saludables que necesitas.

13. Cuida tus digestiones.

Para que una mala digestión no te estropee tus comidas navideñas puedes ayudarte con enzimas digestivas antes de las comidas o con un poco de chucrut o té kombucha, por ejemplo, y para después de la comida puedes tomar un poco de ciruela umeboshi o un chupito de zumo de aloe vera puro ecológico y si más adelante sigues sintiendo pesadez te puedes tomar un vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato o una infusión que sea digestiva y le añades jengibre y limón extra.

14. Deja de dar importancia a la alimentación.

Se da mucha importancia alimentación esos días, cuando en realidad lo bonito es juntarse la familia y compartir momentos juntos. Yo pasé unas navidades hace años ingresada en un hospital sin poder ver a mi familia y sin un menú especial navideño y te aseguro que lo que eché de menos fueron a mis seres queridos, no la comida. Entonces, hazte mejor responde a esta pregunta antes de empezar a tapar emociones con la comida esos días: ¿De qué tienes hambre? Y sacia tu antojo de comida con lo que necesites realmente.

15. Agradece lo que tienes.

Hay personas a las que no les gusta la Navidad porque lo viven como algo triste porque es el primer año que lo celebran sin un miembro de la familia. Pero mi consejo es que agradezcas lo que tienes en estos momentos, que vivas el presente, el aquí y el ahora. Vivir pensando en el pasado o preocupado por el futuro te aleja de la felicidad. En cambio, agradecer lo bonito que tienes en estos momentos en tu vida te acerca al bienestar.

16. Haz la Navidad que realmente te apetezca.

Yo soy una gran defensora de hacer las cosas como nosotros queremos, no como la sociedad diga que debe ser o porque todo el mundo lo hace de una manera concreta y lo seguimos a ciegas sin cuestionarlo. Por ejemplo, en mi familia decidimos desde hace ya muchos años que no hacíamos regalos porque a mi madre le estresaba y pensando sobre ello nos dimos cuenta que además no era necesario para disfrutar de la Navidad. Entonces decidimos hacer sólo el amigo invisible y este año hemos decidido que no lo vamos a hacer más porque al final terminábamos gastando tiempo y dinero comprando regalos que muchas veces la otra persona no usaba. Así que este año hemos decidido que como hay niños pequeños en casa sólo haremos regalos para ellos. O, por ejemplo, no considero que haya que obligar a nadie a ir a una comida o cena de Navidad de la «familia política» si no le apetece. Como tampoco soy partidaria de hacer malabares para poder llegar a todas las familias si esto es una fuente de estrés y discusiones entre un matrimonio. Así que te animo a que reflexiones sobre qué es lo que no te gusta de estas fechas, que anotes qué necesitarías cambiar para poder disfrutarlas y que después, desde el amor y la asertividad, le plantees tus necesidades y deseos a quien creas conveniente. Hay algo que aprendí hace tiempo cuando me estaba sintiendo culpable por hacer algo que «afectaba» a otra persona y que ahora te lo quiero transmitir a ti: «Lo que no te conviene a tí, no conviene al otro, y viceversa». Así que atrévete a conectar con lo que quieres para ti y recuerda que si hay algo que quieres cambiar porque te estresa o no te hace sentir bien, lo mejor es que lo comentes desde el amor y podáis encontrar una solución para hacerlo de otra manera que convenga a todos.

17. Aumenta los alimentos depurativos antes, durante y después.

Ya que durante la Navidad se toman alimentos más calóricos, se come más cantidad y se bebe incluso alcohol, es ideal prepararse antes, durante y después con alimentos que tengan un efecto totalmente diferente, es decir, que sean más depurativos y alcalinizantes. Antes de que empiecen las comilonas puedes preparar tu cuerpo con más ensaladas y evitar los alimentos que sí tomarás durante la Navidad en lugar de empezar ya semanas antes a comer polvorones, turrones y demás. La Navidad en cuanto a comida son unos días concretos, no uno o dos meses. Los días que tengas comidas o cenas de Navidad come más hoja verde y ensaladas crudas, batidos verdes como desayuno, fruta durante las sobremesas y cremas de verduras, por ejemplo. Y después de Navidad puedes unirte a la próxima edición del Detox SEN online que haremos del 15 al 21 de enero.

¡Te deseo una navidad muy SEN!

Un abrazo,

Nuria

9 comentarios

  1. Hola Nuria;

    me parecen unos consejos muy acertados.
    Si habitualmente es difícil alimentarse bien, en Navidad lo es todavía más, y aún más puedes llegar a sentir que vas a contracorriente. Lo bueno es que cada vez hay más gente en esa corriente inversa, así que ya no es un camino solitario.
    Todas las ideas ayudan; lo que más me ha gustado personalmente es eso de pensar que la otra persona te quiere ayudar, o está proyectando algo en ti.
    Y sobre todo creo que no hay que entrar en justificaciones; el tener muy claro lo que haces y porqué ayuda mucho.

    En fin, mucha fuerza y conexión para estas fechas que se aproximan.

    Un abrazo,

  2. Gracias!! Ésta fiestas, intentaré ponerlo todo en activo. Difícil, pero lo intentaré. Igualmente tú último post, con referencia a la dieta. Siempre pienso que debo hacer dieta, nunca, debo cambiar mi alimentación. Y creo que, aunque sea difícil, éstas son las fechas para intentarlo, poco a poco, y leyendo a personas que, cómo tú, ayudáis tanto. Gracias y Feliz Navidad!!

  3. Hola Nuria,

    Todo lo que comentas es súper práctico y lo voy a tener en cuenta estas Fiestas.
    Muchas gracias por tu dedicación y tus consejos.

    Un abrazo,

    Carme

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