No hagas dieta; simplemente come SEN

Popularmente, cuando hablamos de “hacer dieta” nos referimos a seguir durante un período determinado un régimen alimenticio específico, normalmente restrictivo y normalmente con el objetivo de bajar de peso. Pero en realidad empleamos mal la palabra “dieta”. La definición de dieta es “la alimentación habitual de una persona” y por este motivo ha de ser parte de un estilo de vida capaz de ser llevado toda la vida.

Por mi consulta han pasado numerosas personas que me han dicho la frase “eres mi última salvación, he probado todas las dietas del mundo y mírame, aquí, estoy”. De inmediato me imagino a esa persona pasando por todo tipo de regímenes restrictivos con el propósito de perder peso.

A veces hay que seguir un plan alimenticio concreto para ayudar a sanar alguna patología concreta, como candidiasis, diabetes o cáncer, pero si nos damos cuenta, todas las dietas propuestas para seguir durante un tratamiento, o incluso durante el embarazo, tienen algo en común, que es lo mismo que tienen las más de 100 dietas que personalmente estudié para formarme como Health Coach: eliminar de la dieta los alimentos procesados y refinados –azúcar, harinas, sal refinada, y productos empaquetados con conservantes, colorantes y añadidos químicos, y potenciar el consumo de verduras de todo tipo y colores y, en general, alimentos de origen vegetal, como las semillas, los frutos secos, los germinados, el aguacate y, en más o menos cantidad o discusión, los cereales integrales, las legumbres, y en caso de consumir proteína animal hacerlo de origen ecológico.

Entonces, yo me pregunto… ¿no es más lógico que en lugar de recurrir a régimenes insostenibles en el tiempo y muchas veces dañinos para la salud simplemente cambiemos los hábitos para que los nuevos que entren tengan coherencia con lo que realmente nos conviene y, por lo tanto, se puedan quedar para siempre en nuestras rutinas?

Gracias a las conclusiones que fui sacando a raíz de mi propia experiencia y la de mis clientes, elaboré un resumen de cuales son para mi las bases de una alimentación Saludable + Energética + Nutritiva, desarrolladas en 10 puntos destacados, que son muy fáciles de ir integrando paulatinamente a nuestra vida, al ritmo que cada uno necesite:

  1. Eliminar los alimentos refinados.

Esto incluye el azúcar blanco, el moreno, los edulcorantes artificiales, la sal refinada de mesa y las harinas que no sean integrales. Cuando hablo de azúcar no me refiero solo al que muchas personas añaden al café, también a eliminar de la dieta aquellos productos a los que se les ha añadido, como salsas, refrescos, dulces convencionales y la mayoría de falsos alimentos que vienen empaquetados y listos en las estanterías de los supermercados. El alcohol y los carbohidratos refinados, como el pan blanco, también los incluyo aquí porque se convierten en azúcar una vez en la sangre. El color blanco de la mayoría de los alimentos refinados ya nos indica que es un producto con pocas o ninguna vitamina, mineral, fibra, enzima, fitonutriente o antioxidante. Si actualmente estás tomando muchos alimentos refinados ves eliminando progresivamente alguno de ellos, no hace falta que lo hagas todo de golpe de un día para otro.

  1. Eliminar los alimentos procesados que se compran en el supermercado convencional y reducir al máximo los alimentos envasados.

Esto incluye los platos preparados listos para el microondas, las pizzas congeladas, los nuggets de pollo, los helados, las salsas -con azúcares, colorantes, conservantes o grasas trans-, las bolsas de patatas, los sucedáneos de lácteos con azúcares o edulcorantes añadidos o desnatados, y los alimentos que intentan ser otro alimento a base de refinar y procesar alimentos naturales.

Si compramos un alimento envasado debe contener el mínimo de ingredientes posibles, debemos poder entender y saber qué son, y ninguno debería ser azúcar. Si dudamos, mejor no consumirlo. El orden de la lista de ingredientes que encuentres en un paquete te indica la cantidad que tiene de cada cosa. El primer ingrediente es el que hay en más cantidad, ya que el orden es descendente.

  1. Comer más verduras, y priorizar el consumo de hoja verde en crudo.

Las verduras de hoja verde en crudo, que son las grandes olvidadas en la mayoría de los platos, ayudan a prevenir y curar enfermedades, quemar grasas, eliminar toxinas y alcalinizar el organismo. Lo mejor es consumir las que sean de temporada, proximidad y preferiblemente ecológicas.

Las verduras redondas y de raíz cocinadas no hay que olvidarlas tampoco, ya que nos aportan el dulzor que necesitamos para no recurrir a dulces industriales y, además, nos aportan una energía más calmada y nos ayudan a enraizarnos a la tierra, a ir hacia nuestros orígenes y nuestra esencia.

  1. Escuchar el cuerpo, detectar sus necesidades y respetar el reloj biológico.

Esto implica comer cuando tengamos hambre y no hacerlo ni porque toca ni para saciar emociones, no cenar más tarde de las nueve, estar unas diez horas sin comer desde la cena hasta el desayuno, y seguir la regla del “menos es más”; es decir, mejor mezclar pocos alimentos en un mismo plato para digerir bien, que es la clave para tener una buena salud.

  1. Priorizar la calidad por encima de la cantidad.

Este consejo me gusta darlo sobretodo para el consumo de alimentos de origen animal. Es mejor comer menos carne a la semana pero que sea ecológica; menos pescado, pero que no sea de piscifactoría alimentado con piensos convencionales; huevos y lácteos ecológicos antes que convencionales, porque el animal no ha sido hormonado ni medicado; legumbres cocidas en botes de cristal cocinadas con sal marina; aceites vegetales de primera presión en frío ecológicos y no refinados; frutos secos naturales en lugar de fritos y salados; agua de buena calidad… Y así con todos los alimentos.

  1. Comer alimentos naturales de todos los colores.

A lo largo del día o la semana debemos comer alimentos de diferentes colores porque tienen antioxidantes diferentes que ayudan a prevenir enfermedades. Como dice Odile Fernández, autora de Mis recetas anticáncer, debemos hacer una dieta “arcoiris”. Según Fernández, los alimentos de color amarillo-verde (ajo, cebolla, espárragos) refuerzan el sistema inmunitario y destruyen las células cancerígenas; los de color verde (col, kale, espinacas, acelgas) ayudan a construir células saludables, y los alimentos de color azul (arándanos, ciruelas) ayudan a eliminar sustancias nocivas. Según David Wolfe, especialista en alimentación cruda y superalimentos, el color negro (aceitunas negras, cacao puro) está relacionado con la fuerza de la vida; el rojo (sandía, tomate) representa el poder, la energía del día a día, y nos ayuda en la respuesta del sistema inmunitario y a tener una buena salud del corazón y la sangre; y el blanco (cebolla, ajo) ayuda a los pulmones y el sistema respiratorio.

  1. Tener una actitud activa y proactiva respecto a la alimentación.

Si te gustan mucho los dulces o algún tipo de alimento procesado poco saludable, hay que buscar una alternativa saludable para hacer en casa; hoy día hay recetas de todo en internet. Y si necesitas comer entre horas o fuera de casa siempre es mejor llevar encima el mejor fast food que hay: fruta, frutos secos, semillas, verdura… ya sea al natural o en zumos o batidos verdes… Son alimentos muy al alcance que podemos encontrar fácilmente.

  1. Practicar el Mindful Eating (comer con consciencia).

Es importantísimo dar la atención que tiene el acto de comer: hay que ser conscientes del acto de nutrirnos, ver, masticar y comerlo todo con conciencia. George Oshawa, fundador de la macrobiótica, sobradamente conocida como una teoría dietética que elimina el azúcar, llegó a decir: “Yo también tomo azúcar, y para hacerlo lo único que hago es masticar aún más el alimento”. ¿Habéis probado a hacer realmente aquello de “beber el alimento y masticar la bebida?”

  1. Tomar superalimentos o suplementos sólo bajo la supervisión de un profesional de la salud de nuestra confianza.

En caso de patologías o desajustes de salud, no hay que automedicarse, ni con medicamentos convencionales ni con super alimentos, sin la guía de un profesional de la salud de confianza. Los super alimentos no dejan de ser alimentos con un altísimo valor nutritivo, pero al igual que cualquier alimento, lo que puede ser beneficioso para una persona puede ser dañino para otra. Infórmate bien antes de introducir cualquier alimento, super alimento o suplemento a tu dieta.

  1. Autoconocernos desde dentro hacia fuera.

El autoconocimiento es la clave para encontrar el bienestar, en la alimentación y nuestra salud y vida en general. Nadie mejor que nosotros mismos podrá saber qué le sienta mejor a nuestro cuerpo. Pero a veces estamos tan desconectados o en una relación tan dañina con nosotros mismos que no podemos ver quiénes somos y qué necesitamos. Indagar en el autoconocimiento pasando por la sanación que requiera es básico, porque sino podemos comer muy saludable siguiendo una teoría pero que esté alejada de realmente lo que queremos o deseamos.

2 comentarios

  1. buenas tardes, primera vez que entro a tu página y veo muchas cosas interesantes para llevar a cabo una vida saludable y fitness…sobre todo porque debemos ser muy conscientes de los alimentos que consumimos y del propósito que queremos al hacer una dieta. Seguiré leyendo los demás artículos porque quiero complementar mis entrenamientos y ejercicios diarios con una alimentación sana..Gracias.

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