Cómo soltar una adicción dietética

Las adicciones dietéticas es un comportamiento muy humano, ya que muchas veces se debe al haber alargado mucho tiempo un hábito. Pero la mayoría de veces la persona que es adicta a la comida o a ciertos alimentos tiene este comportamiento adictivo en varias áreas de su vida.

El gran error a la hora de hacer frente a las adicciones dietéticas es poner parches en lugar de ir a la raíz y sanar la herida emocional o espiritual que hay escondida. Puedo reconocer de mi misma que he tenido varias adicciones: a no comer, al tabaco, la cocaína y otras sustancias, a la comida, al trabajo, a internet, a las redes sociales, etc. La sensación con todas las adicciones era la misma: un fuerte deseo de autodestruirme, de evadirme y, a la vez, una sensación de búsqueda por saciar un gran vacío interior.

Por lo que respecta a la comida al escribir mi libro Aprende a vivir, aprende a comer conecté con algo que me hizo ver una cosa… Cuando tuve anorexia nerviosa restrictiva sentía un gran vacío interior y como no quería llenarlo porque no me consideraba merecedora de vivir dejé de comer. Después estuve muchos años sobreviviendo sin sentido ni propósito, así que mi manera de comer era controlada y pautada por mi mente o personas externas como mi madre o un nutricionista. El gran reto fue cuando quise vivir conscientemente y tuve que hacer frente a mi vacío, a mi soledad y a mis heridas. Como no sabía como llenarme de amor empecé a sufrir trastornos por atracón y a intentar saciar ese vacío con comida. Me convertí en una adicta a la comida y creé apegos a alimentos adictivos como el pan y los dulces.

La primer vez que experimentamos adicción a comer nos sentimos como si hubiésemos encontrado ese vacío, como si fuera una experiencia espiritual, sentimos más amor, nos sentimos incluidos y aceptados. Pero al cabo de un tiempo esto desaparece y terminamos con la misma sed y hambre espiritual, de amor. Y como no lo encontramos nos deprimimos, desarrollamos un desorden compulsivo con la alimentación, tenemos la necesidad de controlar nuestra vida y todo lo que nos rodea. Nos sentimos fragmentados. Y acabamos adictos o dependientes de la comida o ciertos alimentos, o a comer en exceso. Y es que el problema es que nunca llenas de verdad el vacío, porque aunque te lo parezca al principio es una trampa muy grande, porque cuando terminas de comer tienes un bajón anímico tan grande que te sientes aún más vacío. El dolor que viene después es tan fuerte que sólo piensas en volver a sentir la unidad, el amor, y tienes que volver a comer pensando que vas a poder saciar el vacío interior.

Es tanto el malestar que sientes cuando no estás comiendo que te da igual las consecuencias que tenga esa adicción a comer; no puedes hacer una valoración consciente y frente al miedo a sufrir y a sentir de nuevo el vacío vuelves a recaer. Es por este mecanismo de malestar y bienestar, de vacío o conexión con el amor, que rápidamente te enganchas a comer si sientes una herida interior.

La adicción a la comida es una quiebra espiritual y, por lo tanto, si no se trabajan las adicciones dietéticas desde el cuerpo espiritual sigues cayendo en ello.

Para poder sanar las adicciones dietéticas hay que tomar una actitud proactiva hacia un camino de sanación interior y de búsqueda espiritual. La idea, entonces, es hacer una transformación que implique el desarrollo de conciencia, a través del cambio de alimentación, la meditación, el contacto con la naturaleza, la sugerencia de seguir alguna terapia holística enfocada al desarrollo de tu propósito y a sanar tus heridas, de hacer más actividades creativas, de practicar la gratitud, de dedicarle cada día un tiempo a alguna práctica espiritual, de leer libros de otras personas con una vibración elevada, de ir a conferencias relacionadas con la espiritualidad y la alimentación consciente, de ver vídeos que te inspiren a sacar tu mejor versión de mi, de indagar en tu autoconocimiento, y de rodearte de personas que vibren con los mismos intereses que tu creando una comunidad de personas que os apoyéis las unas a las otras. Y poco a poco te darás cuenta que vas eliminando capas de protección, quitando capas falsas que has mostrado de mi y a saciar tu vacío interior y tu sed de Totalidad. Sentirás como irás abriéndote al amor, cada día serás más capaz de mostrar tus luces y tus sombras sin miedo al rechazo, empezarás a jugar y reír de nuevo, a sanar tus heridas y a sentir gratitud. Empezarás a ver la belleza en todo y le darás un sí a la vida.

Reflexiona y pregúntate: ¿De qué tengo hambre? ¿Qué es lo que intento llenar con la comida? ¿Qué finalidad hay detrás de esa adicción o comportamiento dañino con la comida?

Deja de intentar llenar tu vacío con lo que ahora ya sabes que no lo va a hacer y atrévete a reconocer tu verdadero ser, tu esencia. Reconoce en ti que tienes hambre y sed de la Totalidad, de conectar con el amor que eres tu, e indaga hacia dentro iniciándote en un maravilloso camino de autoconocimiento, cerrar tus heridas, perdonar, aceptar y dejarte en paz.

“La adicción es un mosaico que tiene diferentes facetas. Hay aspectos físicos, emocionales, mentales, sociales, psicológicos y, también, espirituales. Si trabajamos una adicción a través de todos los aspectos menos el espiritual nunca seremos capaces de enfrentarnos completamente a ello” – Cristina Grof

Te comparto la grabación del facebook live donde hablamos de este tema y resolví dudas al respecto

Un abrazo,

Nuria